el monstruo

Estábamos con Caro, y no sabíamos qué hacer un sábado tan nublado a la tarde. así que nos fuímos a recorrer la high society de Buenos Aires y ,obviamente , terminamos en Puerto Madero. Mientras nos peleábamos con unas palomas guerreras por unas hamburguesas abandonadas bajo una sombrilla cool, vimos que había una mega exposición en el "Faena Arts Center". Pedí permiso para ir al baño y como en la alta sociedad todo son buenos modales y amabilidad nos dejaron pasar. Había un monstruo enorme de tejido que surcaba toda la sala, la gente caminaba por adentro comentando que todo era "muy interesante" mientras caian , en sus menjores esfuerzos, sobre el que venía atrás. Unos jóvenes de camisa blanca y pañuelo en el cuello se sentaron en uno de los tantos recovecos a hablar de "lo sublime" mientras se filmaban. Caro y yo ,comenzamos a tratar de correr por entre los túneles de tejido y uno de los chicos amables que cuidaban nos sugirió "la retirada". Le dijimos que íbamos a comportarnos. Un muchacho, desde abajo nos filmaba sonriendo asi que pusimos nuestras caras contra las cuerdas tejidas al crochet y le empezamos a hablar de política. Inmediatamente apagó la filmación y se retiró corriendo. En la mitad de la tarde, mientras los cuidadores intentaban alcanzarnos por los túneles tejidos llenos de bolas de plástico y la cosa se ponía divertida, vimos entrar por la puerta principal a un personaje con sombrero de paja color natural ,todo vestido de blanco y con anteojos negros mirando un horizonte lejano que no existía (por lo menos ahí adentro). "Ohhh" se escuchó un murmullo generalizado. Con Caro nos miramos sin entender , mientras los cuidadores ya nos habían alcanzado y nos intentaban sacar del bicho. "¿Quién es ese tipo?" pregunté agitada. "No debería haber corrido acá adentro" , contestó uno con voz finita y temblorosa. A la salida del bicho, media hora más tarde , nos esperaba aquel hombre con una sonrisa impasiva. "Me alegro que se hayan divertido" nos dijo y me tomó del brazo apretándolo un poco. Nos acompañó a paso lento sin modificar su sonrisa hacia la puerta y nos invitó a salir. Luego cerró sin esfuerzos. "La gente fina es tan amable Lola, ¡por qué nosotras somos tan impulsivas?, yo trato de hacer menos gestos, de hablar más bajo y más despacio y trato de no putear, trato de no emitir mis opiniones, pero a veces siento que me desdibujo..." me dijo Caro angustiada. "No sé Caro...a mí la vida me pasa por las venas..." , le dije tomándola del brazo y corriendo por el Puente de la Mujer.

Comentarios

vivi bertola ha dicho que…
no tengo mail, me lo hackearon! ja. Me encanto el relato chicas!!muy bien narrada la anécdota!!!!
vivi bertola ha dicho que…
no tengo mail, me lo hackearon! ja. Me encanto el relato chicas!!muy bien narrada la anécdota!!!!
Dana ha dicho que…
"No sé Caro...a mí la vida me pasa por las venas...", es buenísima! Me encantó Lola!
Beso

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